
Ingredientes:
6 huevos
200 g de azúcar
150 g de harina de repostería
30 g de cacao en polvo sin azúcar
60 ml de leche
60 ml de miel
10 g de mantequilla (derretida)
Una pizca de sal
Preparación:
- Precalienta el horno a 170°C.
- Engrasa un molde rectangular (de aproximadamente 20 x 10 cm) y cúbrelo con papel de horno, asegurándote de que el papel sobresalga un poco por los bordes para facilitar el desmoldado.
- En un bol pequeño, mezcla la leche y la miel hasta que la miel se disuelva completamente. Resérvalo.
- En un bol grande, bate los huevos y el azúcar con una batidora eléctrica a velocidad alta durante unos 10 minutos, hasta que la mezcla esté muy espumosa, triplique su volumen y tenga un color amarillo pálido.
- Tamiza la harina, el cacao en polvo y la sal juntos.
- Añade la mezcla de harina y cacao a los huevos batidos en tres partes, mezclando suavemente con una espátula o un batidor de mano después de cada adición. Hazlo con movimientos envolventes para no desinflar la mezcla.
- Incorpora la mezcla de leche y miel, seguida de la mantequilla derretida. Mezcla con movimientos envolventes hasta que todo esté bien combinado.
- Vierte la mezcla en el molde preparado, alisando la superficie con una espátula.
- Golpea ligeramente el molde contra la encimera para eliminar las burbujas de aire.
- Hornea durante 50-60 minutos, o hasta que un palillo insertado en el centro salga limpio y la superficie esté dorada.
- Una vez horneado, deja que el bizcocho se enfríe en el molde durante unos 10 minutos.
- Luego, desmolda el bizcocho con cuidado y deja que se enfríe completamente sobre una rejilla.
- Para obtener la mejor textura, envuelve el bizcocho en film transparente y déjalo reposar durante la noche antes de cortarlo y servirlo.